Sobre las obras
Los primeros años noventa se caracterizaron por la búsqueda de nuevas ideas; fue una época en la que la llamada vanguardia se convirtió en tradición. De esta época datan las obras de SZENARIUM: "Sonata" (1990), de Sergei Zagny, y "La tonta del bote/The Feminine Divine" (1991), de María de Alvear. Curiosamente, ambas comparten casi tantas diferencias como semejanzas. Nacieron en 1960, en Rusia y España respectivamente, países muy alejados del centro de la música contemporánea de la época. Esto les permitió, quizá sin saberlo, desarrollar voces artísticas únicas que combinan influencias de la corriente dominante europea con sus respectivas tradiciones culturales.
Aunque las obras tratan el piano de un modo más "tradicional", centrado en el teclado, y Zagny en particular utiliza un lenguaje favorable a la tonalidad, están llenas de elementos sorprendentes e innovadores en cuanto a estructura, forma y dramaturgia. Un aspecto notable de ambas obras es la gran libertad concedida a la intérprete. Debe completar o incluso finalizar la partitura eligiendo entre una extensa lista de instrucciones (Zagny) o buscando el significado oculto tras una escasa notación (de Alvear).
En su interpretación de estas obras, Cerezo desarrolla una especie de guión interno, un escenario, para cada pieza. Este enfoque le permite modelar conscientemente aspectos como el tiempo, el papel de las transiciones o la presencia de diferentes figuras musicales dentro de secciones o armonías repetidas. El resultado es una interpretación rica que va más allá de la mera reproducción de notas y explora sutilmente los límites entre composición e interpretación.